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jueves, 9 de septiembre de 2010

La luz de mi corazón - Introducción - By Naghiny Ribberth


Introducción


La mañana estaba tranquila, aunque fría y nublada. Los oscuros pasillos todavía seguían tranquilos. Al final de la clase de Biología, se encontraba la figura de un triste pelinegro. Que lo único que tenía sobre la mesa era un cuaderno, y en su mano un lápiz. Se entretenía haciendo otro dibujo más de él.
A su lado se hallaba un callado chico de cabellos rojizos y largos, que miraba detalladamente el dibujo de su amigo.

- Otra vez dibujándolo… ¿Cuantos dibujos tienes ya de él? – Le pregunto el chico a su hermoso amigo.
- Ya perdí la cuenta, Georg. Si no puedo tener, nada de él, ni siquiera una simple foto…pues lo dibujo. Y no tengo que esperar a cada mañana para verlo… y soportar que esta siempre llenó de chicas y que sus colegas me humillen. – El chico de largas rastas blancas y negras, se encogió de hombros y siguió calladamente el dibujo…
- A decir la verdad, Bill. No se porque te humillan, y se ponen a fastidiarte. Pero lo raro es que él, nunca te hace nada. Solo se ríe. – Le dice de nuevo Georg, mientras que Bill, lo mira, confundido.
- Tienes razón, eso es lo que nunca he entendido. Llevo tres años en este instituto, y desde el principio se metían conmigo todos menos él. – El pelinegro volvió a su dibujo y en una abrir y cerrar de ojos, lo dio por acabado. – Mira, ¿Te gusta? – Dijo el pelinegro enseñándole a su amigo el dibujo.
El otro chico lo miro. – Está guapo, es idéntico.

En el papel, se hallaba, un chico de largas trenzas negras, un piercing en el labio, ojos grandes y ropas anchas.

Claro…no lo voy ha hacer distinto. – Riño Bill a su compañero.

El profesor, ya los estaba mirando desde hacia un buen rato, y en cualquier momento les llamaría la atención.

Los dos jóvenes seguían hablando de él y de pronto a Bill le cayó sobre la mesa una bola de papel enfurruñada…El chico la tomo en sus manos. Y la abrió mientras que el profesor no lo miraba. “Estamos pensando que decirte hoy ¡Marica!...”. Bill, sintió otra vez las humillaciones en su cuerpo. Sin el hacerles nada ya se metían por si solos con el. El pelinegro miro hacia su izquierda y en las mesas de la última fila, vio a uno de los amigos de Tom, mirándolo y riéndose. Bill suspiro ya estaba arto de que se metieran con el.

-¿Cuando demonios, dejaran de meterse conmigo?... - replico el pelinegro mientras que volvía a arrugar el papel.
- Pues, ni idea Bill…Al parecer disfrutan jodiéndote. – Fue la contesta del pelirrojo.
- Mira, me tiene sin cuidado, que hagan lo que les de la gana… Algún día tendrán que parar. Así, que mientras tanto…no les prestare atención, y ya.

El profesor los seguía mirando estaban interrumpiendo mucho la clase.

-Georg y Bill fuera los dos, y con amonestación. – Los dos jóvenes recogieron sus cosas y se marcharon de la clase. Pero no sin antes Bill darle la pelotita d papel al profesor…y este al leerla miro al otro chico con malicia.
Se sentaron en unas bancas, que habían a los estemos y lados de el pasillo. Se sentaron uno pegado al otro y de la nada rieron…

- Vistes la cara del profesor parecía un avestruz - dijo Bill muerto de la risa. Le pareció extraño que Georg mirase al final del pasillo…por lo que le pregunto - ¿Que miras? – El otro chico se le acerco.
- Ahí viene tu príncipe. - Le dijo mirando el pasillo de nuevo.

No tardo nada en pasar un alto rapero, de cabellos negros trenzados, ojos castaños…ropas anchas, y un piercing en el labio inferior. Fueron como siempre lo segundos más valiosos de Bill… Al que le lucio extraño, la acción del chico. Ya que cruzo su fugaz mirada con la de el pelinegro… Bill notaba como iba cada vez poniéndose más rojo…y su corazón, en cualquier momento le saldría del pecho solo de ver la mirada del otro chico.

Bill se quedo mirando como él, entraba en una habitación mas bien en clases de matemáticas…y pasados unos minutos hablo…

- No me lo puedo creer. – Dijo Bill, con los ojos perdidos.
- Oh…Bill. Que emocionante. – Dijo el otro chico casi riéndose por la cara de su amigo.
- Has visto Georg visten como me miro. Fue tan…¡¡¡¡QUE OJOS TAN LINDOS TIENE!!!...Fue tan…emocionante. Me miro, como nunca nadie me había mirado…Creo que estoy enamorado Georg. ¿Tú lo crees? – Dijo Bill, de una forma muy emocionada a Georg.
- No lo creo lo se. Se te nota años luz cuando lo vez se te cae la baba a distancia. Lo único que te falta es desmayarte, o tirártele encima como un fanático loco. - Le contesto el chico mirándolo mientras que su amigo lo miraba con cara feliz.
- Si algún día me le tiro solo será a sus brazos tiene que ser mas alucinante sentirse rodeado por sus brazos lo que me pregunto es como será sentir esos labios que tanto me gustan o incluso a veces pienso en como será estar una noche entre sus brazos y hacer el amor con el. – con eso ultimo Georg se quedo en blanco…
- Pero serás pervertido, mira en las cosas que te pones a pensar estás muy pequeño para pensar en eso… ahora voy y se lo dijo. – Dijo Georg levantándose y acercándose a la puerta de clases de matemáticas.
- ¡¡¡¡GEORG NI SE TE OCURRA!!! – Grito Bill en todo el pasillo. Georg toco en la puerta…los ojos de Bill se abrieron como platos…
- ¡*¡*¡Tom…!*!*! - Musiqueo Georg en la puerta… Bill estaba de piedra, pero reacciono tiempo, y cuando el profesor abrió la puerta Bill lo jalo y lo metió en el baño.
- Pero eres idiota o que… - le grito Bill a Georg. Salió del baño, fue a la banca, y cogió sus cosas… - Me largo a la siguiente clase, en cinco minutos toca. – Emprendió camino hasta su próxima clase…Italiano.
- Pero que mosca de la ha picado, si solo fue una broma. Se comento Georg, mientras metía sus cuadernos dentro de la mochila, y se sentaba ha esperar.

Ya el pelinegro se encontraba en la tercera planta. Estaba muy enfadado por lo sucedido con Georg… a el no le importaba si Tom lo sabia o no. Pero lo que no le gustaba era que su amigo…hiciera lo que iba ha hacer.

Siguió en sus pensamientos hasta que oyó un ruido que provenía de sus espaldas…mas bien de la esquina de las escaleras… no sintió miedo, ni escalofríos, mas bien sintió ganas de meterle un piñazo a quien fuera. Aunque para el era facilísimo saber quien era.

- ¡M – a – r – i – q – u – i – t – a! - Musiqueo, alguien desde las espaldas de Bill.
- ¡I – d – i – o – t – a! – fue la única contesta de Bill.
- ¿Que hace un mariquita como tu…en un lugar como este? – Le volvió a decir la voz.
- Hago, que voy ha entrar a clases… y si… soy marica, ¿y? – Dijo Bill, con la mayor calma del mundo. – ¿Acaso me vas a reparar para que sea un hetero…o mejor dicho un puton como todos ustedes…? - Pregunto.
- No… yo solamente decía. Sabes… tenemos ganas de fastidiarte un ratito… - Dijo el otro chico.

Bill se les viro y quedaron frente a frente…

- ¿Y porque no llamas a Tom, y le dices que me fastidie el mismo?... – Dijo Bill, casi a puro grito… - Oh no será…que el gran machista…es un completo cobarde. – Los otros dos chicos se quedaron mirándose uno al otro…
- Como te atreves a decir eso de Tom… El es nuestro ejemplo a seguir… Bueno, y ejemplo a ligar también… - dijeron los otros dos riéndose.
- Mira…sin ofender…Pero todos ustedes…no ligáis ni una mierda… Solo tenéis a esas aquí en el instituto…para ser la envidia de los demás… y lo peor de todo es que tenéis mal gusto.
- ¡¿¡QUE!?!...Mira, mariquita…tú no sabes lo que te pierdes… Imagínate…Una rubia…con buenas piernas…con los labios rellenos…y – Lo interrumpió Bill.
- Que si…una puta…no hace falta que te líes…
- Que escúchame mariquita nadie dice eso de una tía buena, y mucho menos tu además no te gustan…no sabes lo delicioso que es estar en la cama con esas. Pero claro tu de lo único que te preocupas es de estar metidito en tu mundo note juro que voy a aprovechar que Tom ahora mismo no esta, para meterte la mayor paliza que te darán en tu vida…- Dijo el chico, levantando la mano mientras que el otro le daba golpes en el hombre en señal de que parara.

Detrás de Bill, ya se hallaba el alto chico, mirando sus amigos con cara de asesino…los otros dos retrocedieron para a tras…Bill no entendía el porque, así que al darse la vuelta para marcharse…se choco con el rapero que se encontraba detrás de su espalda…

El corazón de Bill, estaba a 1.000 por hora tenía a su enamorado, a menos de veinte centímetros de el. Su reacción al chocarse fue, un sentimiento entre nervios, y emoción. Nunca lo había tenido tan cerca por lo que esta vez estaba mas que rojo. Ahora si maldecía el momento en el que se subió solo sin la compañía de Georg. Aunque también pensaba que Georg podría abrir la boca… y eso no le gustaría, que sucediera.

- ¿Que les he dicho par de cabrones? – Dijo el rapero, de voz grave, a sus dos amigos…
- Q-q-que no nos metiéramos con el mariquita… - En ese momento su amigo otra vez le dio golpecitos en el hombro. – Con Bill… - Dijo al tiempo que templaba.

Bill se encontraba entre medio de Tom y de los otros dos chicos… No se movía, su mirada estaba clavada al piso. Ahora si que no sabia como escapar de la situación.

- Y tu… - Dijo el otro chico - ¿Que dijiste para que estos dos se pusieran así? – Le pregunto el chico a Bill. Este se dio la vuelta quedando cara con cara con Tom lo peor de todo era que no podía evitar mirarlo a los ojos.
- Yo solo les dije lo que pienso de vosotros. Más bien, les dije lo que pensaba de vuestras putas. – Dijo Bill, sin nada que temer.
- ¿Y que piensas de ellas…? – Pregunto el otro chico apoyándose en la pared…se encontraba a nada de rozarse con Bill, pero este dio un paso atrás.
- No se para que preguntas si ya lo sabes… - Dijo el pelinegro cruzándose de brazos… - Además eso a ti que te importa…lo que yo piense o deja de pensar es cosa mía, no tuya. – acabado de decir esto el pelinegro se intento marchar. Y cuando pensaba que ya estaba lejos del alcance del rapero…noto como alguien lo sostén a por un brazo y lo jalaba.
- A donde te crees que vas. No te he terminado de preguntar. - Dijo el otro chico mirándolo fijo.
- ¿Que te parece si te pregunto yo…? – Dijo Bill con una voz tranquila.
- Adelante pregunta lo que te de la gana. - Dijo el rapero mas que seguro.
- ¿Porque me miraste antes, de aquella forma? – Al Bill decir esto Tom, se quedo de piedra y no sabia que decir.
- P-por que… ¿O-oye, y a ti-i que te…que te importa…? - Bill lo miro sonriente… estaba tartamudeando… - ¿De que te ríes…? Si es lo que piensas…te equivocas… Tu…tu-u… ¡TU NO ME GUSTAS! – dijo el chico histérico…
- Solo te diré algo… - El otro chico trajo saliva… y lo agarro por los hombros apretándolo.
- Cuidadito con lo que dices Kaulitz o las pagaras caras. - Tom estaba fuera de quicio… por primera vez en la vida…alguien se atrevía a enfrentarlo…y eso lo enfadaba.
- Mira has lo que te de la gana pero sabes algo - Bill se acerco mas a Tom, quedando con sus labios cerca de su oído… - “Se que te mueres por mi”… - Y dicho esto, se separo y se fue.Dejando a Tom solo maldiciéndolo todo.

Bill había dicho eso sin pensar, ni sin saber…nada…absolutamente nada. Solamente para hacer enfurecer a Tom, el que ahora mismo se encontraba en la luna.

El pelinegro ya había entrado en clases de Italiano, no sabia que pensar y le daba un poco de miedo, pensar, en que Tom, ahora querría venganza, por lo que el había hecho pero de cualquier forma no le importaba… porque el si estaba enamorado de Tom, y con eso podría tenerle cerca… Tal y como lo tuvo al pronunciarle en su oído las palabras que mas deseaba Bill que fueran dichas por Tom, y afirmadas por el.

- - - - - - -

Se encontraba aburrido como de costumbre. Sentado junto a la ventana en su pupitre… El aire que chocaba en su cara… Le daba más energía, para tener que soportar de nuevo, otra larga mañana… de instituto, como siempre. A su lado se encontraba un cayado rubio copiando unos apuntes, que la profesora había puesto en la pizarra. El chico no despegaba la vista del papel a la pizarra, o de la pizarra al papel. Mientras que su amigo de largas trenzas negras, parte ellas pegadas al casco de cabeza, de ojos castaños, piercing en el labio inferior…demasiada altura, y de ropa negra y ancha. Se dirigía al profesor ya que lo había llamado.

- ¿Puedes ir a jefatura…y traerme el parte? Ya que te veo allí, aburrido… - Pregunto el vieja profesor al chico de trenzas.
Si… - Contesto y saliendo por la puerta.

Los pasillos estaban desiertos no había ni una simple mosca camino hasta la dirección, y allí entro a jefatura…

- Vengo a buscar un parte… - Dijo con voz cansada y aburrida.
- ¿Profesor? – pregunto la directora.
- Prof. Nathal Johnson – Dijo el chico, serio.

Pasados unos minutos, la mujer volvió con el parte se lo entrego y salió de allí, camino de nuevo, como no…a la clase de matemáticas.

Es chico salió de la dirección y esta vez para su sorpresa el estaba allí. Con solo verlo a él, a Tom, el pasillo ya le parecía una obra de arte. Camino, temiendo no poder controlarse y mirarlo. Su cosita se encontraba de espaldas a él. Así era mejor aunque moría de ganas de mirarlo. Camino, hasta llegar y automáticamente su cuello giro y sus ojos quedaron unos concentrados en otros. Fueron segundos largos para ambos, pero Tom, por desgracia tenia que ir a clases de por el, se podía quedar años mirándolo.

Entro a la clase, le entrego el parte al profesor…y se fue para su sitio. Se quedo un rato callado sin decir nada… solo pensando en unas cuantas cosas la primera él la segunda sus ojos la tercera el querer tenerlo siempre y la cuarta en demostrarle al mundo que el también sabe amar.

Su amigo, termino de copiar los apuntes y lo miro. Estaba como perdido…en otro lugar…en algo, o mejor dicho en alguien. El chico rubio chasqueo sus dedos en la cara de Tom y este pestañeo y volvió a el mundo real alejándose así, de él.

- ¿Se puede saber en que piensas…que estas en otro mundo? – Dijo el chico mientras guardaba sus bolígrafos.
- ¿En que crees tu que estaba pensando? – le dijo Tom a su amigo…
- Pues en Bill…en quien más si no… - Le dijo el chico a su amigo.
- Acertaste… Lo vi a fuera. Y lo mire y me miro y se puso rojito ”Cualquier día no voy a aguantarme mas y le voy a devorar esos hermoso labios que tiene”…Joder…enserio Gustav…Bill me tiene loco. – Dijo el chico mientras que escondía su cara ente sus manos.
- Y porque no se lo dices y ya. – dijo el chico intentando darle ánimos a su amigo.
- Estas loco…imaginate, en el lió que me metería. Todo el mundo me vería como un marica… Todos se reirían de mi por salir con él no contaría con nadie. Y si te crees que no me muero por decirle lo mucho, mucho que lo amo. Estas equivocado estoy un 100% loco por Bill me muero porque sea solo mío- Por ser yo el dueño de su corazón. - Dijo el chico…casi con el corazón en la garganta…

Los dos permanecieron varios minutos cayados… Gustav se entretenía escribiendo los números de teléfonos de sus compañeros… Mientras que Tom dibujaba por toda su agenda un montón de corazones, y dentro de todos esos corazoncitos escribía una “B”… a la izquierda ponía “I” debajo o encima del corazón “Love” y en la derecha “You”… y luego escribía…donde le cupiera “Bill”…

De un momento a otro se oyó alguien tocar en la puerta… seguido por un “¡*¡*¡Tom!*!*!” Todos quedaron en silencio y cuando el profesor abrió la puesta no había nadie.

- Pueden ir recogiendo… - Dijo el profesor. – Y si quieren salgan ya…solo quedan unos cuatro minutos.

Tom lo recogió todo rapidísimo, y se marcho subió hasta la tercera planta… y antes de doblar la esquina oyó a Bill seguido de dos voces. Maldecio por lo bajo, otra vez…esos dos imbeciles se estaban metiendo con Bil. Dejo sus cosas en un banco cercano a ellos y se acerco lentamente a ellos… y quedo a poco de tocar a Bill. Los otros dos muchachos pararon enseguida. Tan solo ver la cara de enfado que traía Tom. Ellos dieron varios pasos para atrás. De un momento a otro Bill se dio la vuelta, y choco con Tom. Ambos se quedaron parados un poco más y al chocarse se besan. Tom no puedo contener las ganas de poner de todos los colores pero en especial rojo. Jamás había tenido al hermoso pelinegro tan cerca. El chico de trenzas. Les recordó lo que les había dicho… a lo que los otros contestaron una palabra que no le gustaba para nada…”mariquita”…aunque después por su bien dijeron el nombre del pelinegro. Bill le intento explicar lo sucedido…y lo que pensaba de sus ”Chicas” Tom estaba sorprendido. Bill parecía estar muy celoso. De cualquier forma el jamás se había acostado con ninguna de esas… y si algún día vendría que hacerlo solo lo haría con Bill, con nadie mas. El pelinegro intento saciarse de las manos de Tom a lo que este lo detuvo agarrándolo por un brazo aunque pensó que sostenerlo por la cintura seria mas privado. Tom como siempre se puso en plan machista ya que no quería que Bill se diera cuenta de nada para su sorpresa Bill se opuso y el que hizo la pregunta fue él.

Cuando Tom escucho la pregunta… no le daba crédito a sus oídos…Bill le había preguntado… porque lo miro…en ese momento la única reacción de Tom, fue tartamudear.

- P-por que… ¿O-oye, y a ti-i que te…que te importa…? - Bill miro a Tom sonriente… ya que él estaba tartamudeando… - ¿De que te ríes…? Si es lo que piensas…te equivocas… Tu…tu-u… ¡TU NO ME GUSTAS! –Dijo Tom. Aunque la mas sincera verdad era todo lo contrario.

Cuando Bill se acerco a su oído y pronuncio la frase que hizo que a Tom casi se le saliera el corazón del pecho millones de maripositas revolotearon en su estomago. Había tenido a Bill a poco mas de un centímetro pudo oler su aroma pudo notar su presencia Tom estaba soñando despierto.

Al Bill marcharse Tom se quedo allí sin hacer nada solo pensaba en Bill. Camino hasta el banco y cogió sus cosas. Ahora venia el problema. Bill lo sospechaba. El si se moría por Bill. Para él, desde el primer día que lo vio fue un flechazo directo no tuvo que esperar para enamorarse ya con casi tres años, amando en secreto a su “enemigo”. Él se sentía solo. “Ya era hora de buscar a alguien con quien compartir el tiempo y pensar en el a cada hora y segundo” Esa es la frase que diría una persona que no había encontrado el amor todavía. Pero el si lo había encontrado. Solo le faltaba atraparlo.

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